No te pongas cascos. No renuncies a estar presente a lo que sucede a tu alrededor.
martes, 21 de diciembre de 2021
Fuera auriculares
jueves, 16 de diciembre de 2021
Descarga de datos
Para varios minutos y escribe todo lo que pase por tu mente. Suelta todo lo que venga sin ningún control y sin pensar mucho en lo que vas escribiendo.
Se trata de encerrar tus pensamientos en palabras.
Eso seguro que te ayuda a organizar ideas, a darles sentido y forma y realmente quedarte con la esencia de estas, descartando otras que no interesan.
miércoles, 8 de diciembre de 2021
Relajación emocional
Cuando se tiene algún hecho que cada vez que viene a nuestra mente nos trae ira, enfado, miedo, tristeza y nos provoca determinadas sensaciones, ¿crees que la mejor solución es ignorarlo? Pues el cerebro considera que sí porque es lo más rápido y no quiere afrontarlo porque duele.
Tenemos muchas emociones todos los días pero solo nos percatamos de las más fuertes. Sobre la mayoría no es necesario intervenir, solo hay que pensar que son estados transitorios que tienen una duración. Y como tales, habría que acogerlas con apertura de miras, experimentar lo que nos transmiten y después, dejarlas ir.
Cuando sentimos algo tenemos dos opciones:
- Dejarnos llevar, que la emoción se apodere de nosotros y perder el control. Al final eso nos bloqueará y no podremos encontrar opciones para salir de ella.
- Observarla como si estuvieras fuera teniendo claro que es un producto del cerebro y como tal, no es real. El intentar luchar contra las emociones negativas solo consigue que no las puedas sacar del interior y se cronifiquen.
- Dejar que salga de tu cuerpo y se vaya.
- Pasarla por el filtro del corazón donde todo lo transforma en amor o quemarla con su calor.
jueves, 2 de diciembre de 2021
Ejercicio para dormir
Este ejercicio te ayudará a conciliar el sueño.
Esto con matices, porque pueden darse distintas circunstancias:
- Hay personas que tienen el móvil como despertador o familiares que les pueden llamar.
- Algunas necesitan tener un punto de luz.
- Otras duermen con la ventana un poco abierta.
La mente todavía está muy activa, por todo lo que se ha hecho a lo largo del día, y hay que irse relajando para mandarle el mensaje al cerebro de que debe ir a descansar para que comience a bajar el ritmo.
Después hay que estirarse un poco antes de meterse en la cama. Ponte de pie al lado y estira tu cuerpo, sacude los brazos y las piernas suavemente para que los músculos se vayan relajando. No lo hagas de manera muy enérgica o conseguirás el efecto contrario.
Ahora ya te puedes tumbar y cerrar los ojos y empezar a respirar profundamente.
Al final del día plantéate si ha sido un día satisfactorio o no. Repasa las cosas buenas que te han sucedido, detecta lo que se podría mejorar y piensa qué podrías cambiar para que al día siguiente sea mejor. Si te vas a quedar enganchado en algo que te ha salido mal o en algo que te produzca sensaciones desagradables, omite este paso.
Si te invade algún pensamiento negativo reflexiona:
¿Puedo solucionar ese problema que viene mi mente a estas horas? No, claro que no.
Es por la noche, todo el mundo va a dormir, ahora no podéis solucionar nada.
Deja que se vaya, no le prestes atención y sustitúyelo por una imagen que te guste (una tarde en la playa con poca gente, un día que te sentaste en el campo o en lo alto de una montaña viendo el paisaje que más te gusta). De esto ya hablamos en una entrada anterior que puedes leer aquí.
Y ahora hay que concentrar todas las energías en dormir siguiendo estas pautas:
- Respira profundamente. Inspirad de nuevo y comienza a contar desde 100 a 0.
- Procura hacer cada vez respiraciones más profundas.
- Tienes que encontrar tu ritmo, pero que cada vez sea más lento.
- Céntrate solo en ti y en tu respiración.
- Si un pensamiento negativo o uno sobre la planificación de lo que toca hacer mañana interrumpe la cuenta, no debes prestarle el más mínimo interés.
- No te olvides de respirar cada vez más despacio.
- Si en algún momento los pensamientos se dispersan, vuelve a la imagen del principio.
- Si pierdes la cuenta, no te penalices volviendo a empezar ni te cabrees por no centrarte. Acepta lo que te ocurre, que es un premisa en la práctica del mindfulness, y retoma por donde crees que te has quedado.
Cuando más lo practiques, mejor te saldrá y no llegarás a cero, seguro que te quedas en los setenta.