Lo que imaginas, puede hacer que tu estado de ánimo se altere o se óptimo. Las consultas están llenas de personas que confunden algo que han imaginado con algo real que les ha pasado. Eso les genera mucho malestar pero en realidad es algo que solo imaginan, nunca les llegó a ocurrir. ¿Cuántas veces te has sentido horriblemente mal anticipado algo malo que después no ha pasado o no ha pasado como habías estado imaginando? Seguro que muchas y has vivido en un estado de angustia durante ese tiempo. Pues eso hay que empezar a cambiarlo.
Cuando estos pensamientos anticipando el holocausto te invadan hay que darles la vuelta, dejar de pensar en ellos y pensar en algo bonito y que traiga tranquilidad, para que igual que se genera desasosiego con algo malo, una imagen donde te encuentres bien, te traiga felicidad y sentimientos agradables.
Cierra los ojos, comienza a respirar cada vez más profundamente e imagínate alguna de estas cosas:
Se trata de buscar algún sitio que te haga sentir bien y donde estés a gusto y cómod@. Eso unido a la respiración, te hará sentir muy bien. Puedes pensar en un sitio que no existe y solo te lo has imaginado. Esto no tiene ningún límite.
Una vez que tengas esa imagen grata, es cuestión de transportase allí, vivir dentro de ella, sentir todo lo que te rodea, el viento fresco o cálido, la brisa, el calor del sol, todas las sensaciones que puede producir... Disfrutando de la paz, la calma, la alegría…
Después de imaginar, hay que volver con esa sensación para seguir disfrutando de ella. Tienes que dejar de pensar, respira profundamente tres veces y vuelve.
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