A veces es inevitable cometer errores, pero no por ello debemos crucificarnos. Cuando la hemos cagado bien, no podemos evitar que los demás nos critiquen por lo que hemos hecho. Ya sean jefes, compañeros de trabajo, amigos o familia...
Quizá sea culpa de la sociedad en que vivimos y en la autoexigencia que imponemos donde no hay cabida para el error y sí para la perfección. Si siempre nos juzgamos tan duramente, al final acabaremos siendo inseguros por miedo a cometer esos errores que tanto odiamos y eso puede derivar en estrés o ansiedad.
Además, tampoco los toleraremos en el resto y nos convertimos en personas desconfiadas que quieren que los demás la caguen, pero nosotros no, para sentirnos superiores. Y nos aterrará cometer errores porque con cada uno, pensaremos que los demás nos juzgarán tan duramente, como lo hacemos nosotros con nosotros mismos. Eso nos desconecta de las personas.
Al final acabamos viviendo en un mar de sentimientos negativos hacia los demás y hacia nosotros mismos y estamos rodeados de una negatividad y de una presión para no cometer errores que nos hace vivir en una angustia permanente y acabar desarrollando enfermedades tanto médicas como psiquiátricas.
Si ya los demás nos van a hacer ver que lo que hemos hecho está mal, ¿por qué nosotros insistimos y somos todavía más críticos con nosotros mismos? Que te diga algo tu jefe, tus amigos, tus compañeros o tu familia por algo que has hecho es normal, vale, porque no controlamos sus reacciones, pero sobre la que sí podemos incidir es sobre nuestra propia reacción. La próxima vez, no te claves tú otra flecha también. La primera ya la tienes clavada, que es la que te lanzan los demás. La segunda flecha de la crítica, que es la tuya, nunca se debe disparar.
Y lo malo de esto es que no sabemos muy bien qué hay que hacer en estas situaciones y repetimos patrones de afrontamiento erróneos que no nos llevan a una solución, como trabajar más para no tener más errores que dan un sentimiento de alivio y seguridad momentáneo, pero que a la larga, no sirven de nada. Eso cuando se acaba peor, bebiendo o consumiendo otras sustancias en exceso.
Entonces, ¿cómo reacciono mejor a todo esto?:
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