sábado, 31 de julio de 2021

Relajación autógena de Schultz

En el artículo de la relajación ya dijimos que se llegaba a ella por medio de dos técnicas y sus derivadas y una de ellas, es la técnica de relajación basada en la autosugestión de Johannes Heinrich Schultz, que  fue un psiquiatra y neurólogo alemán que quería inventar la Neue Deutsche Seelenheilkunde (nueva psicoterapia alemana).

Esta técnica fue desarrollada a partir de la hipnosis y se presentó por primera vez en 1927 y se recogó posteriormente, en 1932 en su libro “El entrenamiento autógeno”.

Ya vimos que cuando algo se imagina, se reacciona ante ello como si fuese real, y más del 90% de nuestras reacciones corporales, se deben a pensamientos, no a cosas que están sucediendo. Por eso, imaginar diferentes sensaciones, puede llevarnos a ellas. 

Imaginar
La técnica consiste en imaginar lo que sugieren estas situaciones: 

- Mi respiración es tranquila y mi respiración es profunda.

- Mi ritmo cardiaco es regular y mi ritmo cardiaco está tranquilo.

- Me pesan los músculos y me pesan los órganos.

- Siento calor en mis músculos y siento calor en mis órganos.

- Mi abdomen desprende calor y mi abdomen es una fuente de energía de la que sale calor.

- Mi frente está fresca y mente está despejada.


¿Dónde tienes que darte estas instrucciones?

En un lugar tranquilo y cómodo donde no haya gente y que, tampoco puedan entrar a molestar. Coge algo para taparte porque al relajarte, puedes pasar algo de frío. 

No es necesaria la parafernalia de las velas, el incienso o las imágenes de Buda porque para relajarte no necesitas adornos, pero si eres muy fan de ellos, pon una vela o quema una barrita de incienso.  


¿En qué postura te pones?

Lo mejor es estar tumbado pero si no puedes, pues quédate en una silla o mejor usa un sillón cómodo. Y ya si no queda más remedio, ponte de pie.

Si puedes y eliges la mejor opción, túmbate, estira las piernas y sepáralas para que los pies caigan un poco hacia el lado que elijan, los brazos a lo largo del cuerpo con las palmas hacia arriba, la barbilla ligeramente inclinada al pecho. 

Con la postura definida, hay que comenzar buscando la calma, respirando profundamente y buscando aflojar, soltar y liberar.

Tumbarse


Una vez que estés preparado, toca meterse en las situaciones
 de antes: calor, peso, tranquilidad...



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