jueves, 24 de junio de 2021

Niveles de tensión

Ya comentamos la tensión en un artículo anterior. Ahora vamos a ver los distintos niveles en los que puede darse esta tensión:

  • Físico

Quizá sea la más identificable por todos porque notas que los músculos están tensos, el cuello y el trapecio están duros, la espalda tira, los hombros están rígidos...

Se siente una molestia en la parte alta de la espalda, entre otras, que se extiende al cuello y acaba provocando dolor de cabeza. 

  • Sistema nervioso autónomo

Es el que controla las respuestas automáticas de las que no somos conscientes. Controla la presión sanguínea, la frecuencia respiratoria, la temperatura, la saliva o el sudor, la micción y defecación. Está dividido en dos, el simpático y el parasimpático que realizan funciones antagónicas, mientras una aumenta, la otra disminuye la activación.

Lo podemos sentir cuando nuestro corazón va muy rápido y lo notamos, la respiración no es normal, sudamos más de la cuenta, nos tomamos la tensión y tenemos unos niveles anormales o no vamos bien al servicio porque nuestra digestión se ha vuelto más lenta.

  • Mental

Sientes una ebullición interior porque tus pensamientos no paran y no consigues identificar que la razón es porque estás pensando demasiado, yendo de un pensamiento a otro y a tu cabeza vienen pensamientos triviales y repetitivos que no te dejan estar en paz. Tu mente está pasada de vueltas, demasiado acelerada y dispersa.

Quizá cuando más se note es a la hora de ir a la cama porque durante el día los pensamientos se ven solapados con todas las actividades que hay que hacer y con la rapidez con la que discurre todo. Pero cuando las cosas están en calma y tienes que dormir, no hay manera.

  • Emocional

Se apoderan de ti emociones negativas como la tristeza, la ira, el miedo, la ansiedad, la decepción... También son emociones adaptativas si aparecen cuando en momentos puntuales y desaparecen cuando tienen que hacerlo pero si no se van y te invaden, al final te hacen tener una perspectiva de la vida  muy desalentadora y pueden desembocar en estados de depresión y de indefensión.


Tensión

Estos niveles de tensión se relacionan entre sí porque la tensión a un nivel puede provocar la de otro nivel o el aumento en nivel aumentará la de otro.  

Pero no es una mala noticia porque al no estar separados y muy relacionados entre sí, tenemos más vías de actuación:

-  Si se hace una relajación muscular se calmará también el sistema nervioso y eso puede hacer que la respiración o el ritmo cardiaco disminuyan y ayudará a la mente a estar más tranquila sin la invasión de tantos pensamientos negativos.

- Si por el contrario hacemos algún ejercicio para sosegar nuestra mente tan activa, podremos respirar a un ritmo más sereno y se apaciguará la tensión de los músculos. 



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