Suena el despertador y saltas de la cama porque tienes que hacer un montón de cosas. El día se pasa volando y si no sales corriendo, no podrás hacer todas las cosas que tienes planeadas como llevar a l@s niñ@s al colegio, meterte en un atasco antes de llegar al trabajo, ir apiñad@ en el transporte público... Si sales un segundo más tarde las cosas empeoran, así que no tienes tiempo, te toca ir a toda prisa.
Pues esto es todo lo contrario. Hay que esperar y levantarse en modo mindfulness.
Tanto si suena el despertador como si te has despertado un poco antes, esto es lo que habría que hacer:
- Espera dentro de la cama unos momentos.
- Date unos minutos para comenzar el día como se merece, ya verás como tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
La rutina para salir de la cama es la siguiente:
1. Respira profundamente y haz un escaneo corporal.
No abras los ojos aún y toma conciencia de tu cuerpo.
Al parar en el abdomen incide en la respiración y detente un poco más. Respira profundamente unas cuantas veces y continúa con ese ritmo hacia arriba.
No hagas caso de las sensaciones, solo percíbelas, pero no interfieras.
Tu tarea fundamental es intentar reconectarte con tu cuerpo ahora que te has despertado. Vuelve a él y haz que el proceso de despertarte sea más natural.
El escaneo corporal simplificado lleva muy poco tiempo y es una actividad muy valiosa que te beneficia a la hora de empezar el día.
2. Ahora puedes abrir los ojos y estírate.
El cuerpo ha estado más o menos inmóvil durante toda la noche y hay que empezar a desperezarse para que comience a movilizarse para el día que le espera.
Estírate con ganas. Alarga brazos y piernas y gira la espalda. Ponte de todas las posturas que quieras, mientras sientes cómo comienzan a moverse tus articulaciones y tus músculos.
3. Piensa en objetivos para este día.
No es una lista muy larga con todo lo que tienes que hacer o no te apetecerá salir de la cama. No te tienes que agobiar, solo piensa en algunas cosas, dos o tres que te gustaría llevar a cabo hoy. Así cuando las cumplas, las sentirás como pequeñas victorias.
Estos objetivos pueden ser profesionales, laborales, personales... no hay límites. Desde acabar algo en el trabajo a terminar un resumen de lo que estás estudiando.
Ya has hecho estos tres ejercicios pequeños y no has tardado nada, pues estás list@ para salir de la cama.
Tu día comienza de otra manera, de una muy distinta a como lo hacía antes.
Vas a tener un día estupendo, aprovéchalo.
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