miércoles, 6 de mayo de 2020

Tipos de respiración

En mindfulness la respiración es una parte fundamental porque permite estar en el presente centrado en una actividad muy beneficiosa. Pero no cualquier respiración, tiene que ser la respiración completa. Vamos a repasar los tipos que hay y por qué debe ser la completa, que es la unión de las tres, la que rija nuestras vidas.

Existen tres tipos de respiración: clavicular, torácica y abdominal.

Respiración clavicular

Se llama así porque parece se levantan un poco las clavículas al respirar. No se mueve el abdomen ni la caja torácica porque no se llenan apenas de  aire. Esta respiración no es recomendable porque solo se hace con la parte alta de los pulmones. 

Estaríamos respirando con una zona muy pequeña de los pulmones, lo que hace que se coja muy poco aire y se suelte rápidamente.

No es una respiración habitual. Solo se presenta en cuadros de depresión o ansiedad o en personas que llevan diariamente prendas muy ajustada que oprimen el abdomen, como un pantalón ajustado o una faja.

Respiración torácica o costal


Recibe este nombre porque actúan los músculos intercostales que son los que están entre las costillas y al respirar se llena la caja torácica. Con ella se deja que el aire baje a la zona media de los pulmones, pero casi no actúa el diafragma que es el músculo que se debe activar en la respiración.

Se mejora la función de los pulmones con respecto a la respiración anterior pero no se utiliza toda la cavidad que se puede destinar al aire. El aire debe entrar más abajo y hacer que el diafragma trabaje. 




El diafragma es el músculo que actúa en el proceso de respirar. Se llama abdominal porque el diafragma al bajar empuja los órganos del abdomen dando la impresión de que este se infla. Es en la que se nos llena la tripa al respirar, la que hace que nuestro ombligo se mueva.

Este tipo de respiración hace que entre más oxígeno, los pulmones se llenan, la sangre está más oxigenada y a cada rincón que llega lo hace con más oxígeno. Es la respiración que debe regir nuestra vida y a la que deberíamos aspirar.


Y ahora que conoces las tres, hay que unirlas. Llenar los pulmones al completo empezando por la parte que está en las clavículas, después siguiendo por los músculos intercostales y por último el abdomen, haciendo que suba el ombligo. Y al vaciarlos se sigue el camino contrario.


Beneficios:

- Se aprovecha toda la capacidad pulmonar y al entrar más oxígeno la sangre va cargada de él para repartirlo por todo el cuerpo.

- Se conserva la elasticidad de los pulmones porque se está ejercitando su capacidad. A partir de los treinta esta empieza a decrecer y no hay otra manera de conservarla a no ser que se practique este tipo de respiración.

- Se masajean los órganos internos.

- Se libera el hígado para que trabaje mejor.

- Se mejora el tránsito intestinal.

- Ayuda al movimiento del corazón porque no serán necesarios más latidos para repartir el oxígeno por el cuerpo, porque la sangre ya va cargadas de oxígeno.

- Nos estiramos, las vértebras se mantienen extendidas al hacer todo el recorrido respiratorio.

- Se activa el sistema nervioso parasimpático contribuyendo a la relajación general del organismo.


Hay que aprender a practicarla para obtener estos beneficios rápidamente.



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