Siempre estás igual, no tienes tiempo para nada.
Cuando
- te sientas con estrés o ansiedad.
- estés enfadado.
- no puedas dormir.
- estés en una situación donde empieces a sentir miedo.
- simplemente necesites desconectar.
Con los pies apoyados en el suelo, con la espalda bien recta y con un hilo tirando de tu coronilla que hace bajar un poco la barbilla.
Cierra los ojos si es más fácil y para, no pienses en nada y si viene algún pensamiento, invítalo amablemente a marcharse. Si en este minuto piensas en 20 cosas pero no te enredas con ninguna y no te vas detrás, lo habrás hecho mejor que si solo piensas en una o dos y te lías. Si te centras en la respiración y en ti, se irán pronto. Lo importante es quitarles la atención a todos esos pensamientos que lleguen.
Ya ha pasado tu minuto. ¡Sonríe!
Ve abriendo los ojos, ¿cómo te sientes?
Seguro que mejor. Es más beneficioso practicar muchos poquitos, que no hacer nada y un día intentar meditar una hora.
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