Estos son los componentes de la compasión:
1. Mindfulness
La atención plena nos ayuda a ser conscientes de nuestra emociones y a aceptarlas tal y como llegan cuando hacemos algo mal. Al darnos cuenta de ello, es cuando podemos decidir responder de una manera autocompasiva y podemos elegir no hacer juicios, no criticarnos y no quedarnos en la culpabilidad. Este primer paso es fundamental porque si no reconocemos el sufrimiento, no podremos tomar esa decisión. Es importante reconocerlo y decidir afrontarlo de una manera correcta, sin huir y sin dejar que se apodere de nosotros.
2. Humanidad compartida
Una vez que hemos reconocido e identificado ese sufrimiento, hay que darse cuenta de que no somos los únicos que sufrimos, hay muchas personas que también lo hacen. Cada uno a su modo porque ese sentimiento puede ser mejor, peor, más intenso o menos pero todos, absolutamente todos, sufrimos.
Piensa por ejemplo en la preocupación que tú tienes por tus hijos, el resto de la humanidad, también la tiene.
El sufrimiento no te debe asilar porque es algo que compartimos que nos hace sentir parte de un grupo que pasa por las mismas experiencias que tú.
3. Autocompasión
Soy consciente del sufrimiento, sé que soy una persona que no está sola en ello, que pertenezco a un grupo de personas que también sufren como yo y decido responder con benevolencia, compasión, bondad, cortesía, comprensión... hacia mí.
Si haces esto, estás aceptando que mereces amor y podrás sentirte merecedora de ese amor y cariño por parte de los demás.