sábado, 30 de octubre de 2021

Componentes de la compasión

Estos son los componentes de la compasión:

1. Mindfulness

La atención plena nos ayuda a ser conscientes de nuestra emociones y a aceptarlas tal y como llegan cuando hacemos algo mal. Al darnos cuenta de ello, es cuando podemos decidir responder de una manera autocompasiva y podemos elegir no hacer juicios, no criticarnos y no quedarnos en la culpabilidad. Este primer paso es fundamental porque si no reconocemos el sufrimiento, no podremos tomar esa decisión. Es importante reconocerlo y decidir afrontarlo de una manera correcta, sin huir y sin dejar que se apodere de nosotros.

Sufrimiento


2. Humanidad compartida

Una vez que hemos reconocido e identificado ese sufrimiento, hay que darse cuenta de que no somos los únicos que sufrimos, hay muchas personas que también lo hacen. Cada uno a su modo porque ese sentimiento puede ser mejor, peor, más intenso o menos pero todos, absolutamente todos, sufrimos. 

Piensa por ejemplo en la preocupación que tú tienes por tus hijos, el resto de la humanidad, también la tiene.  

El sufrimiento no te debe asilar porque es algo que compartimos que nos hace sentir parte de un grupo que pasa por las mismas experiencias que tú. 

Humanidad compartida


3. Autocompasión

Soy consciente del sufrimiento, sé que soy una persona que no está sola en ello, que pertenezco a un grupo de personas que también sufren como yo y decido responder con benevolencia, compasión, bondad, cortesía, comprensión...  hacia mí. 

Si haces esto, estás aceptando que mereces amor y podrás sentirte merecedora de ese amor y cariño por parte de los demás.


Autocompasión



martes, 26 de octubre de 2021

¿Qué es compasión?

La forma con la que tendríamos que afrontar cualquier problema que se nos presente que nos haga sentir mal con nosotros mismos, en vez de criticarnos y culparnos.

La palabra compasión o autocompasión no queda muy bien en castellano porque parece que es sentir lástima o pena de uno mismo o de los demás, pero en mindfulness no tiene ese sentido. Como tampoco lo tiene la situación en que nos dejaría que nosotros estemos aquí arriba sintiendo pena por alguien que sufre, como si fuésemos un ser superior que es capaz de entender el sufrimiento pero que no lo experimenta. En realidad el sufrimiento en mindfulness nos equipara a todos los seres humanos y nos hace parte de lo mismo. Nos deja al mismo nivel que los otros porque todos sufrimos.

Compasión

Por eso cuando es autocompasión no hay que destacar que somos los que más sufrimos y qué pena más grande que nos damos porque soy el que peor lo pasa. Esto no es una competición. Se trata de reconocer el sufrimiento de los demás porque en esencia, es como el nuestro. Y cuando sentimos eso, no estamos solos porque toda la humanidad nos acompaña.


Mostrar compasión o autocompasión no debe ser visto como un signo de debilidad, ya que es la mejor manera de afrontamiento porque:
  • Reconocemos que no somos perfectos y no tenemos que llegar a ningún ideal de perfección. Somos personas y cometemos errores pero no por eso se acaba el mundo.
  • Aprendemos que todo muda, nada permanece. Hoy hemos cometido un error pero eso no nos define. Después vendrán otros éxitos y más errores. Nuestra valía viene del afrontamiento que se hace de los problemas y de los momentos malos. 
  • Comprendemos los errores, no los criticamos y los convertimos a un hecho del que siempre se puede sacar algo bueno.
  • Aprendemos a superar situaciones difíciles solos porque, a veces, no tendremos a nadie que nos ayude a pasar por eso que estamos pasando. Pero lo que sí es seguro es que tú siempre estarás y te tienes que tratar como lo harían los otros.
Compasión




jueves, 21 de octubre de 2021

Introducción a la autocompasión

A veces es inevitable cometer errores, pero no por ello debemos crucificarnos. Cuando la hemos cagado bien, no podemos evitar que los demás nos critiquen por lo que hemos hecho. Ya sean jefes, compañeros de trabajo, amigos o familia...

Una flecha

Quizá sea culpa de la sociedad en que vivimos y en la autoexigencia que imponemos donde no hay cabida para el error y sí para la perfección. Si siempre nos juzgamos tan duramente, al final acabaremos siendo inseguros por miedo a cometer esos errores que tanto odiamos y eso puede derivar en estrés o ansiedad.

Además, tampoco los toleraremos en el resto y nos convertimos en personas desconfiadas que quieren que los demás la caguen, pero nosotros no, para sentirnos superiores. Y nos aterrará cometer errores porque con cada uno, pensaremos que los demás nos juzgarán tan duramente, como lo hacemos nosotros con nosotros mismos. Eso nos desconecta de las personas.

Al final acabamos viviendo en un mar de sentimientos negativos hacia los demás y hacia nosotros mismos y estamos rodeados de una negatividad y de una presión para no cometer errores que nos hace vivir en una angustia permanente y acabar desarrollando enfermedades tanto médicas como psiquiátricas.

Si ya los demás nos van a hacer ver que lo que hemos hecho está mal, ¿por qué nosotros insistimos y somos todavía más críticos con nosotros mismos? Que te diga algo tu jefe, tus amigos, tus compañeros o tu familia por algo que has hecho es normal, vale, porque no controlamos sus reacciones, pero sobre la que sí podemos incidir es sobre nuestra propia reacción. La próxima vez, no te claves tú otra flecha también. La primera ya la tienes clavada, que es la que te lanzan los demás. La segunda flecha de la crítica, que es la tuya, nunca se debe disparar.

Segunda flecha

Y lo malo de esto es que no sabemos muy bien qué hay que hacer en estas situaciones y repetimos patrones de afrontamiento erróneos que no nos llevan a una solución, como trabajar más para no tener más errores que dan un sentimiento de alivio y seguridad momentáneo, pero que a la larga, no sirven de nada. Eso cuando se acaba peor, bebiendo o consumiendo otras sustancias en exceso.

Entonces, ¿cómo reacciono mejor a todo esto?: 

Aquí tienes más artículos relacionados con la compasión, para ayudarte a entenderla.

Aquí puedes leer cómo se hace ese afrontamiento compasivo