miércoles, 17 de marzo de 2021

Control de las emociones

Comenzamos con una frase que yo creo que es fundamental para que la apliques siempre:

Emociones expresadas, emociones superadas

Entonces, ¿por qué hablamos ahora de control? Nos vas a volver locos.

Controlarlas no significa que vamos a dejar de expresarlas y vamos a empezar a reprimirlas, lo que vamos a controlar es la expresión.

Las cosas que pasan nos pueden desencadenar una emoción muy fuerte, pero eso no tiene por qué llevarnos a hacer algo exagerado que se nos vaya de las manos.

Las emociones hay que sentirlas, eso está claro, pero podemos controlar cómo se expresan en nosotros. Es mejor eso a intentar reprimir lo que sentimos y que al final carguemos un sistema y te acabe doliendo la tripa constantemente, la cabeza, te salgan erupciones en la piel... Al final siempre cargamos el mismo sistema, el digestivo, por ejemplo, y con el tiempo tendremos problemas serios si no hacemos algo.

Reprimir significa negar, rechazar y dejar de ser conscientes de cómo nos encontramos. Si ahora siento ira, pues la siento. No hay más. Pero a veces, no somos conscientes de eso que estoy sintiendo que está desencadenando cambios en mi cuerpo. 

olla a presión


Al controlar una emoción, me hago consciente de ella porque no quiero que anide en mí y entre en un bucle donde la estoy experimentando de vez en cuando. 

En nuestro día a día tenemos multitud de emociones, pero solo nos vamos a dar cuenta de las que son más intensas. Hay que estar atentos porque emociones tenemos siempre. Es como cuando nos duchamos, solo notamos cuando el agua cambia de fría a caliente o viceversa, pero mientras, nos enjabonamos sin pensar en lo que estamos haciendo.  

Si las conseguimos controlar, lograremos que las emociones negativas, solo aparezcan cuando realmente son útiles y no a todas horas. Nuestra mente siempre está reaccionando a peligros que no existen, por eso, no debemos dejar que estén ahí y nos viene bien un poco de control. Cuando hay que estar triste, pues se está triste. Es normal que ante una pérdida o algo que nos ha pasado, nos sintamos un poco tristes, pero no nos podemos poner tristes por todos los problemas que tiene el mundo. Que esta emoción de tristeza u otras aparezcan, no lo podemos controlar, lo que sí tenemos que dominar es que se queden con nosotros, que arraiguen tanto en nuestra mente como en nuestro cuerpo.

Las emociones son generalmente transitorias. Aunque muchas veces no nos damos cuenta, una emoción es algo pasajero y hay que verlo así. Se diluyen antes o después, pero se van. Las buenas también, ya sé que esto no gusta, pero tenemos la ventaja de que las emociones no tan buenas, también son temporales. Pero una de estas, puede ser tan fuerte, acentuada e inapropiada que no se va, no hay manera y se cronifica. Se queda contigo y eso trae muchos problemas. Si a la hora de leer esto ya tienes un dificultad seria con una emoción que acunaste en ti y no se ha ido, es tarde para que le des una oportunidad al mindfulness para que lo solucione. 

Deberás acudir a un psicólogo, a un psiquiatra o a profesionales que puedan ayudarte.

Por tanto, hay que actuar desde ya y aprender a quitarse de encima las emociones negativas de una manera efectiva y rápida. Vamos al grano que ya es hora, ¿cómo se hace eso? Pues automotivándote. En la facultad me dieron que la motivación era extrínseca, si está fuera de nosotros e intrínseca, si está dentro, pero en realidad, siempre la tenemos que sacar de nuestro interior o no funcionará. Por muchos premios que tengamos fuera que nos lleven a actuar, si no queremos hacerlo, no nos vamos a mover, así que, en el fondo, nunca está fuera.

Una de las cosas que mueven nuestra motivación, es tener ganas de salir de la zona de confort. Que no te importe salir de la rutina y hacer cosas diferentes. Yo conozco a mucha gente que siempre come lo mismo, no me refiero a que pida el mismo plato cuando va al restaurante de siempre, si no que nunca se han atrevido a comer en sitios a los que no ha ido por miedo, desconocimiento o porque piensa que no le va a gustar. Se han perdido las delicias de la comida tailandesa o coreana, por ejemplo. Tener motivación, son ganas de hacer cosas distintas, de moverse, de empezar algo nuevo y dejar la comodidad de lo conocido.

Comida tailandesa


Por otro lado, si vamos con una actitud negativa: "esta comida no me va a gustar" nunca la probarás porque hay que hacer un esfuerzo en ir al restaurante donde la sirven. Si ya piensas que una tarea no te va a salir, ¿cómo vas a levantarte y hacerla?.  Así que hay que ponerle un poquito de predisposición al asunto.

Otra cosa que va a contribuir es pensar en cosas positivas y comprometerse: "voy a empezar por probar algo que sepa que me va a gustar y luego pediré algo totalmente distinto y si me quedo con hambre, me voy a comer una hamburguesa". 

A esos pensamientos más optimistas habrá que añadirles un poco de flexibilidad también.

Ya tenemos unos cuantos ingredientes que nos van ayudar con la motivación. Ahora solo queda combatir a sus enemigos. El principal es la negación. Cuando un problema se niega que existe, ¿cómo lo vas a afrontar si no hay problema?



viernes, 12 de marzo de 2021

Reconoce tus propias emociones

Siempre estamos muy centrados en nuestra cabeza y muy poco en el cuerpo. A menudo ignoramos sus peticiones y le forzamos a hacer lo que nosotros queremos. Lo dejamos de lado, lo maltratamos, le exigimos... vamos a poner la atención un poquito solo en nuestro cuerpo para así, aprender a reconocer sus sensaciones, que son las tuyas.

Cuerpo humano


Saber identificar los sentimientos y las emociones propias sería el primer paso, y eso no se puede hacer si no tenemos conciencia de nosotros mismos.

Para llegar a tener esa conciencia, hay que "disociarse" y mantener, una parte de la mente en la emoción y la otra, como si fuese un espectador que está viendo la película y etiquetando las emociones que ve. 

Espectador

La tarea de espectador la hará la zona de nuestro cerebro situada en el neocórtex, ya que no se deja atrapar por los sentimientos y es capaz de observarlos objetivamente. 

Pero ojo, nos observamos sin juzgar, que es una de las premisas para la práctica del mindfulness. No vale que el espectador, se convierta en un juez, que nos diga si hacemos las cosas bien o rematadamente mal. Solo tiene que ejercer el papel de observar, reconocer y etiquetar la emoción. Solo nos ayudará a ser conscientes de la emoción que estamos viviendo, nada más. 

¿Y eso de disociarse que dices, cuesta? Pues sí, es una tarea laboriosa. 

Y antes de seguir me gustaría advertir que usé disociarse porque me recuerda un poco a este término psicológico, ya dije que iba a meter alguna cosilla de cosecha propia, que mis años de carrera me han costado, pero en realidad este proceso, no se llama así.

Algo que nos hará esta tarea más sencilla es imaginarnos nuestra como un escenario.

Escenario

La zona esa que está iluminada sería la conciencia y comparada con todo el teatro, es una zona pequeña. El resto que permanece en penumbra, es el inconsciente. En él habitan un montón de emociones de las que no echamos cuenta, y que influyen en cómo nos relacionamos con el mundo porque puede hacer que nos comportemos de manera irritada, ansiosa, enfadada o triste y en el fondo, no sepamos por qué.

Vamos a ir entrenando esto de reconocer las emociones propias que se encuentran en la parte inconsciente para disfrutar de ellas, si son buenas o echarlas lo más rápido posible, si no lo son:

  • Cuando te acuestes haz un repaso de lo que te ha ocurrido ese día.
  • Con cada hecho, debes identificar: qué emoción surgió y cómo se manifestó en tu cuerpo.
  • Cuando acabe la semana, analiza qué emoción es la que más está presente en ti. 

Cuanto más sepas de tu enemigo, mejor. Eso te ayudará a controlarlo.


sábado, 6 de marzo de 2021

Elige la emoción que experimentas en cada caso

Muchas veces no sabemos ni lo que sentimos y si esto ocurre, cómo vamos a saber identificar esas mismas emociones en los demás y reaccionar antes ellas. Esto nos lleva a la inteligencia emocional, que sería precisamente ser capaces de reconocer lo que sentimos y lo que sienten los demás.

Para entrenarnos en inteligencia emocional, observa esta lista de emociones y etiqueta:

  • Cómo te sientes ahora.
  • Cómo te has sentido en determinados momentos de esta semana.
  • Qué hechos te han marcado cuando eras pequeño que crees que ahora dirigen tu vida.
Si pensabas que solo existía la alegría, la tristeza, la sorpresa o el miedo, mira todas las demás emociones secundarias y sus matices, que tienes aquí para identificar:

😏 Orgullo, altivez, dignidad, egolatría, soberbia, vanidad.

😒 Desprecio, desdén, displicencia, desafecto, desamor, desapego, frialdad, indiferencia, odio, animadversión, antipatía, encono, enemistad, fobia, resentimiento.

😃Alegría, gozo, diversión, júbilo, regocijo, dicha, felicidad, satisfacción, ánimo, brío, ganas, euforia.

💗 Amor,  afecto,  apego,  aprecio,  estima, predilección, simpatía, amistad, cariño, ternura,  respeto,  adoración, devoción,  veneración.

😍 Deseo, ansia, anhelo, afán, capricho, antojo.

 👍 Gratitud, agradecimiento, reconocimiento.

😎 Expectación, esperanza, ilusión, confianza, fe.

😑 Alivio, consuelo, descanso, tranquilidad, calma,  paz, quietud, serenidad, sosiego, certeza, decisión, seguridad.

😣 Inferioridad, humildad, vergüenza, bochorno, pudor, sonrojo, turbación, vergüenza ajena, culpa, arrepentimiento, contrición, remordimiento, escrúpulos.

😭Tristeza, aflicción, amargura, congoja, consternación, desdicha, desconsuelo, dolor, infelicidad, pena, pesar, tribulación, melancolía, desamparo, desolación, soledad, abandono.

😞 Desesperanza, desesperación, desconfianza, recelo, sospecha.

😌 Desánimo, abatimiento, decaimiento, desmoralización, languidez, abulia, apatía, desgana, inapetencia.

😪 Aburrimiento, fastidio, hartura, hastío, tedio.

😓 Decepción, chasco, desencanto, desengaño, desilusión, frustración, fracaso.

😱 Miedo, aprensión, hipocondría, pánico, pavor, temor, terror, fobia, sobrecogimiento, sobresalto, susto, espanto,  horror.

😫 Asco, náusea, aprensión, escrúpulo, grima, repelús, repugnancia, repulsión.

😵Ansiedad, agitación, desasosiego, desazón, inquietud, intranquilidad, nerviosismo, preocupación, turbación, zozobra, angustia, agobio, impaciencia.

😯Sorpresa, asombro, extrañeza, estupefacción, estupor, perplejidad, admiración, embeleso, fascinación.

😨 Inseguridad, duda, incertidumbre, indecisión, confusión, desconcierto, perplejidad.

😡 Enfado, berrinche, cabreo, enojo, rabieta, cólera, despecho, exasperación, indignación, ira, coraje, furia, furor, rabia, saña, rencor, resentimiento, resquemor.

😬 Envidia, celos, pelusa, rivalidad.


Como a veces, no tenemos vocabulario emocional, aquí tienes unas cuantas palabras para que las empieces a usar. Si te enseñaron que las emociones había que ignorarlas y no expresarlas, es hora de que le pongas un poco de atención a lo que te pasa, las reconozcas y llames a cada una, por su nombre.